“Invertir en el paro no es sano”
Nick Cox asegura que los españoles deben confiar más en sus conocimientos para potenciar el empleo en un escenario que ya demanda candidatos autónomos, pero advierte que un sistema que subvenciona el desempleo a largo plazo perjudica esta recuperación laboral.
Comenzó su carrera profesional en Hays en 1983 como consultor y desde 2006 es el director general de esta multinacional, implantada en 28 países y que el último ejercicio facturó 670 millones de euros. Nick Cox realiza una media de tres viajes semanales, dos de ellos a países europeos, para conocer a su equipo y las peculiaridades laborales de cada región. Esta entrevista coincide con su visita a Madrid, donde ha convocado a mil consultores para tomar el pulso de la situación. Afirma que el 90% de los países en los que opera la consultora están en crecimiento, salvo Portugal, Grecia, Irlanda y España donde la contratación es menor pero sigue existiendo.
Sobre cómo impulsar el empleo en nuestro país, Cox contesta sin tapujos que uno de los motivos que ralentiza el crecimiento es el subsidio de desempleo: “Si un Estado destina mucho a políticas de empleo pasivas tiene menos para invertir en el desarrollo del país. La inversión en el desempleo puede herir el mercado gravemente”. Para ilustrarlo pone el ejemplo de Estados Unidos, donde las personas sin trabajo reciben una cantidad durante un periodo de seis meses. “Eso es un aliciente para buscar un empleo en poco tiempo y dota de agilidad al mercado”. Mientras tanto, propone otras medidas que pueden animar el panorama español, pone al tanto de las oportunidades que hay en otros países y recuerda que el trabajo para toda la vida tiene los días contados.
-¿Qué candidatos demanda el mercado y cuáles son los mejores destinos para trabajar?
- Se buscan ingenieros, sobre todo en Alemania, donde hay una tendencia demográfica que favorece esa demanda. Por sectores, son las tecnologías de la información las que están buscando nuevos perfiles, pero bajo un modelo diferente que no requiere tanta inversión: un freelance que opera durante un determinado periodo de tiempo prestando un servicio concreto. Se están creando centros de desarrollo de software en Polonia para potenciar este perfil profesional que luego se exporta a otros países.
“Si un Estado destina mucho a políticas de empleo pasivas tiene menos para invertir en el desarrollo del país. La inversión en el desempleo puede herir el mercado gravemente”
-Formación o habilidades, ¿qué elemento es prioritario en la selección?
- La mayoría de los candidatos están muy cualificados para el trabajo que se demanda. Cuando existe mucha oferta de personal, como ahora, se buscan ambas cosas, formación y habilidades técnicas, para acceder a nuevos empleos que están surgiendo. En el caso de España el problema es la movilidad: los candidatos, bien sea por los vínculos familiares, el idioma o simplemente la falta de voluntad, son muy reacios a trabajar en el extranjero, al contrario que en el resto del mundo, donde la selección se basa en la importación de candidatos de otros países, sobre todo procedentes de la Europa del Este.
-¿Es la movilidad laboral el gran desafío para España? ¿Qué podemos aprender de otros Estados?
- Probablemente sí, es uno de los males de los países más avanzados. En otros en vías de desarrollo existe una gran fuerza de trabajo, profesionales con entusiasmo, ganas de desarrollarse y afán de superación. Por regla general, allí surgen nuevos sectores que antes no existían para satisfacer la demanda interna y se está creando una clase media interesantes. Es el caso de Brasil e India que, después de una pequeña crisis, han vuelto a remontar tras seis meses.
-¿Cómo pueden los países occidentales recuperar esa motivación que alimenta el desarrollo económico?
- En el caso de España, ganar el Mundial de Fútbol puede ser el principio. Nos encontramos en momentos muy difíciles y acontecimientos de este tipo pueden ayudar. Hay que dejar de pensar en los derechos de los trabajadores y reflexionar sobre las oportunidades. Creemos que las empresas están en nuestra contra, y ese sentimiento de trampa tiene que desaparecer.
-Los jefes, la empresa, la escasa formación, ¿quién es el culpable de esa falta de motivación?
- Los profesionales tienen miedo a perder la seguridad que les proporciona un empleo estable. Tienen que aprender a apostar por su talento y aprovechar la oportunidad de trabajar durante un período de tiempo limitado. Eso es una garantía para acceder a otro empleo. Los españoles llevan décadas agarrados a la supervivencia que proporciona un trabajo; se trabaja en lo que se puede, no en lo que se quiere y eso aumenta el pesimismo. Es un error pensar que lo importante es tener trabajo, lo prioritario es conseguir el mejor empleo.
Toda una vida dedicada a buscar trabajo
Director general para Europa y Latinoamérica de Hays, Nick Cox ha desarrollado toda su carrera profesional en esta multinacional, más de 25 años dedicado a lo que considera una de las actividades más gratificantes: “Encontrar el empleo más adecuado para las personas”. Desde el pasado mes de diciembre, este londinense ejerce de jefe y padre: “Uno de mis hijos está en la universidad y el mayor acaba de incorporarse a Hays como consultor”, igual que lo hizo él en 1983.
Desde entonces su profesión ha cambiado, pero no la esencia de la misma. Por este motivo asume con tranquilidad la incorporación de los ‘social media’ al panorama laboral: “Es algo que ya forma parte de nuestra realidad y a lo que no podemos permanecer ajenos y, desde luego, marca un antes y un después en la relación con los clientes y los candidatos”. Explica Cox que Hays ha firmado un acuerdo de colaboración con LinkedIn para dar un buen servicio a sus empleados, y que también disponen de una herramienta de Google que han incorporado a su sistema de búsqueda. “Somos los representantes de los candidatos, y aunque encontrar trabajo a través de Internet es posible, se necesitan intermediarios que asesoren sobre las mejores oportunidades. Tu carrera profesional es clave y no te la puedes jugar. Somos los que más interés tenemos en que todo funcione”.
Por otra parte, señala que en España no existe un ajuste real entre el trabajo y las capacidades del trabajador. “Ni la empresa ni el profesional valoran acertadamente la productividad de los empleados. Las compañías piensan en los costes y los trabajadores en sus derechos”.
Fecha:24-01-2011
Fuente:www.Expansión.com
